Lors de l’émission «La France a un incroyable talent» diffusée le 14 novembre dernier sur la chaine M6, le public a pu découvrir David Corriveau, un imitador québécois qui s’est distingué grâce à sa prestation exceptionnelle. Sur scène, il n’a pas seulement imité la voix du juge et humoriste Sugar Sammy, mais aussi son visage grâce à une technologie bien connue aujourd’hui : les deepfakes. Si les images de l’imitateur sur le plateau n’alternaient pas avec celles de Sugar Sammy, il aurait été impossible de distinguer qui était à l’origine des mouvements et expressions du visage.
Des inquiétudes quant à l’utilisation des deepfakes et de l’IA
El potencial ofrecido por la inteligencia artificial genera tanto pasiones como preocupaciones entre el gran público. En el caso de los artistas, algunos temores están relacionados con el hecho de que esta tecnología pueda eclipsar su propio talento. Peor aún, los deepfakes podrían conducir a abusos en materia de usurpación de apariencia o de voz. Desde hace casi cuatro meses, actores de Hollywood manifiestan sus preocupaciones sobre el uso de su imagen y su voz por parte de inteligencias artificiales sin su autorización. Han iniciado una huelga y exigen garantías para evitar tales abusos. El caso de la modelo y actriz Scarlett Johansson es emblemático, habiendo presentado ella misma una demanda por el uso no autorizado de su imagen.
Un cadre réglementaire encore flou en France
Hoy en día en Francia, no existe una regulación específica que rige las actuaciones de este tipo, ya sean realizadas en directo o en forma digital. El uso de un deepfake durante un programa muy visto como «La France a un incroyable talent» puede alertar a ciertos espectadores sobre el impresionante realismo de esta tecnología. Se vuelve crucial verificar las fuentes antes de difundir o compartir este tipo de contenido. Sin embargo, también hay que señalar que la actuación vocal de David Corriveau durante el programa fue particularmente exitosa, independientemente del uso de la tecnología de deepfake. De hecho, el joven cantante québécois mostró cuán bien podía apropiarse de la voz de Sugar Sammy con brillo sin caer en la caricatura. Así, en el ámbito artístico, las imitaciones realizadas gracias a la inteligencia artificial pueden considerarse como actuaciones legítimas y respetables.
Quelles mesures adopter pour encadrer les deepfakes et l’IA ?
Ante las numerosas preguntas y preocupaciones planteadas por los deepfakes y la inteligencia artificial, es importante pensar en adoptar medidas adecuadas para regular su uso. El debate sobre el lugar de la IA en los ámbitos artísticos debe llevarse a cabo en paralelo con el que concierne sus implicaciones legales y éticas. Entre las posibles soluciones, se puede mencionar el establecimiento de un marco regulatorio más preciso para que solo se permitan usos legítimos y respetuosos del derecho a la imagen de las personas afectadas. Además, sensibilizar al gran público sobre los problemas que plantean estas tecnologías también sería beneficioso, especialmente para evitar la propagación de deepfakes manifiestamente engañosos o maliciosos.
L’heure de repenser les droits des artistes face aux nouvelles technologies ?
Parece, por tanto, que ha llegado el momento de repensar los derechos de los artistas y de las personalidades públicas en relación con el uso de su imagen y su voz. Las actuaciones artísticas como la de David Corriveau en LFAUIT muestran el potencial ofrecido por la inteligencia artificial y los deepfakes, pero también sus límites y los riesgos inherentes. Así, encontrar un término medio entre una explotación responsable e innovadora de estas herramientas tecnológicas y la necesaria protección de los individuos afectados sigue siendo un desafío para los años venideros. En este contexto, corresponde al legislador y a los actores implicados definir los contornos de un nuevo enfoque en materia de imitación artística e inteligencia artificial, que sea a la vez respetuoso con el ser humano y consciente del poder creativo ofrecido por las nuevas tecnologías.